Paso A Paso A La EternidadReligión y Espiritualidad

Reflexiones Bíblicas para cada día


Paso a Paso a la Eternidad.

CAMINEMOS CON SABIOS

Tue, 05 Nov 2024

CAMINEMOS CON SABIOS
Nuestro amoroso Padre eterno, no nos creó para que vivamos solos y aislados de otras personas, sino para que nos relacionemos con la gente de nuestro entorno. Esta relación no debe ser con cualquiera, sino con personas que nos ayuden a crecer y a ser mejores individuos cada día. Pero la mayoría de nosotros, no nos relacionamos con sujetos adecuados, sino aquellos que nos pueden llevar por el camino de la perdición. Esto generalmente se debe a que a nosotros nos atraen más los individuos que caminan insensatamente, antes que los que caminan sabiamente. Ante este peligro , el escritor de los Proverbios nos da el siguiente consejo: “Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.” Proverbios 13:20 NTV.
Como no fuimos creados para vivir solos y aislados de las personas, debemos entablar amistades con gente que nos ayude a crecer y ser mejores cada día, esto solo será posible si nos relacionamos con personas con conocimiento y sabiduría. No con personas que tienen la sabiduría de este mundo, sino con aquellas que tienen la sabiduría de lo alto, pues ellos nos influirán para bien, para nuestro crecimiento como hijos de Dios. Pero si entablamos amistades con personas necias que viven bajo los placeres de este mundo, su compañía en vez de edificarnos, terminará por corromper nuestras buenas costumbres y nos conducirán por el camino de la perdición.
Aunque a la mayoría de nosotros no nos guste aceptar, es un hecho que la relación que mantenemos con nuestros amigos y compañeros nos afectan, en ocasiones profundamente para bien o profundamente para mal, por eso, debemos tener cuidado a quién escogemos como mejor amigo, pues si escogemos a un necio, seguramente sus consejos nos lleven a la perdición, pero si escogemos como mejor amigo a un sabio que vive en el temor de Dios, seguramente sus consejos nos llevarán por el buen camino de la verdad y la justicia. Nos llevarán a los brazos de nuestro amoroso Padre Celestial.
Algunas veces escogemos como mejores amigos a personas que no viven en el temor de Dios, pensando que nosotros podremos influir en ellos, pero casi siempre somos nosotros quienes nos dejamos influir, y terminamos por adoptar sus costumbres y hábitos, en lugar de que ellos adopten nuestra creencia religiosa. No nos arriesguemos a ser influidos por las personas necias, en su lugar entablemos amistades con personas sabias que viven en el temor del Señor, ellos seguramente influirán positivamente en nuestras vidas y nos ayudarán a mejorar en nuestra relación con nuestro amado Señor.


EL ESPÍRITU SANTO ORA POR NOSOTROS

Tue, 29 Oct 2024

ESPÍRITU SANTO ORA POR NOSOTROS
Tras nuestra conversión a Cristo, los hijos de Dios no estamos abandonados a nuestra suerte para enfrentar los problemas y las adversidades de este mundo. Nosotros siempre estamos bajo el cuidado y la protección de las tres personas de la divinidad. Ellos siempre están dispuestos a ayudarnos en los momentos más angustiosos de nuestra vida. Cuando nosotros no encontramos las palabras para pedir la oportuna ayuda de nuestro amado Padre Celestial, la tercera persona de la divinidad interviene y expresa nuestras necesidades a nuestro padre eterno. Esta intervención divina del Espíritu Santo nos da a conocer el apóstol Pablo: “Del mismo modo, y puesto que nuestra confianza en Dios es débil, el Espíritu Santo nos ayuda. Porque no sabemos cómo debemos orar a Dios, pero el Espíritu mismo ruega por nosotros, y lo hace de modo tan especial que no hay palabras para expresarlo.”  Romanos 8:26 TLA.
Es un hecho evidente que un gran número de cristianos no sabemos orar de manera correcta. Algunos oramos egoístamente, pues pedimos que Dios satisfaga alguna de nuestras vanidades. Oraciones como estas, por supuesto que no serán contestadas, ya que a nuestro amoroso Padre eterno, no le agrada las oraciones que no estén conforme a su voluntad. Cuando nuestras oraciones no están alineadas a la voluntad de Dios, el Espíritu Santo interviene en nuestro favor, y ora por nosotros, para que nuestras oraciones sean respondidas. Estas oraciones hechas en nuestro favor por el Espíritu Santo, no las podemos expresar, ya que son como gemidos que solo Dios Padre lo puede comprender, por eso, da su oportuna respuesta al clamor del Espíritu.
También en ocasiones cuando nos encontramos agobiados y afligidos por las adversidades de este mundo, no encontramos las palabras precisas para pedir la ayuda de nuestro amoroso Padre eterno. En esos momentos también el Espíritu Santo interviene en nuestro favor, y clama a Dios Padre, y le expresa lo que nosotros necesitamos. Él lo hace, porque sabe perfectamente nuestras necesidades, ya que mora dentro de nosotros y escudriña nuestros pensamientos. Cuando el Espíritu Santo clama a Dios Padre por nosotros, utiliza las palabras que le agradan a Dios, por eso, las oraciones hechas por el Espíritu Santo, serán contestadas oportunamente en nuestro favor. Cuando no sabemos cómo pedir, o cuando no encontramos las palabras precisas para pedir la ayuda oportuna de Dios, el Espíritu Santo interviene y clama por nosotros. No es que el Espíritu Santo clama solo, sino que ora con nosotros, y por nosotros, y Dios contesta. Con la ayuda del Espíritu Santo al orar, no debemos temer estar ante la presencia de Dios Padre. Por eso, pidamos que el Espíritu Santo siempre interceda en nuestro favor, conforme a la voluntad de nuestro amoroso Padre eterno.


ESPERANZA DE SALVACIÓN

Thu, 24 Oct 2024

ESPERANZA DE SALVACIÓN
Seguramente en algún momento de nuestra vida, hemos sufrido alguna desilusión por una promesa no cumplida, ya sea por nuestros padres, familiares, cónyugues o amigos de confianza. Posiblemente esta desilusión nos causó un profundo dolor, hasta el punto de no volver a confiar en las promesas de las personas. Por eso ahora, cuando alguien nos hace una promesa, no confiamos al cien por ciento de que nos cumplan , y así, no sufriremos una desilusión nuevamente cuando alguien nos falle. El hombre constantemente falla al momento de cumplir con sus promesas, pero esto no sucede con Dios, ya que Él, siempre cumple con todas sus promesas a su tiempo. Por la fidelidad de Dios, ninguna persona que confíe  en Él, quedará desilusionada, y esto nos asegura el apóstol Pablo: “… la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.” Romanos 5:4 NTV.
Si fuésemos a esperar algo, pero luego descubriésemos que nunca íbamos a conseguirlo, seguramente nos causaría una desilusión profunda. Pero la esperanza de nuestra salvación y vida eterna en el reino de los cielos junto a Cristo Jesús, nunca nos causará una desilusión, ya que nuestra salvación y vida eterna es real. Esta seguridad la tenemos porque Dios manifestó su profundo amor para salvarnos de la condenación eterna, al enviar a su amado Hijo para que entregara su vida por nosotros en el madero. Además, el Espíritu Santo que nos fue dado en el momento de nuestra declaración de fe en Jesucristo, inunda nuestros corazones con estas expresiones del amor eterno de Dios Padre, y por ellas se nos asegura que Él  cuidará de llevarnos sanos y salvos a nuestra morada eterna.
Nuestra confianza en Dios nunca nos causará una desilusión, ya que Él siempre cumple sus promesas. La salvación y la vida eterna en los lugares celestiales, son promesas que nos hace a todos los que hemos alcanzado la redención de nuestros pecados. Dios en su fidelidad a su palabra, cumplirá con su promesa, y cuando llegue el tiempo preciso, nos llevará para que moremos eternamente junto a Él. Además, en esta promesa de salvación, intervienen las tres personas de la Divinidad. El Padre nos amó de tal manera que envió a su amado Hijo a este mundo para que se convirtiera en puente. El Padre y el Hijo enviaron al Espíritu Santo para llenar nuestras vidas con amor inagotable y permitir que vivamos por su poder, gloria y majestad. Con todo este cuidado amoroso de nuestro amado Creador, nunca nos sentiremos desilusionados por confiar plenamente en su promesa de salvación, y servirle con los dones y talentos que hemos recibido.


UNA RELACIÓN CORRECTA CON DIOS

Fri, 18 Oct 2024

UNA RELACIÓN CORRECTA CON DIOS
Es un error creer que el cumplimiento de las promesas de Dios en la vida del hombre, se basan en el cumplimiento estricto de la Palabra de Dios entregada a los seres humanos. Esta errónea creencia, es enseñada en algunos movimientos religiosos. Estos grupos, incitan a sus adeptos a cumplir estrictamente la ley del antiguo pacto, así como los mandamientos que se encuentran registrados en las páginas de las Sagradas Escrituras.  Pero estas enseñanzas son erróneas, ya que el cumplimiento de las promesas de Dios en la vida de los hombres, no se basan en el cumplimiento estricto de Su Palabra, sino en la fe que muestran ellos para con Dios. Esta asombrosa verdad nos da a conocer el apóstol Pablo: “Obviamente, la promesa que Dios hizo de dar toda la tierra a Abraham y a sus descendientes no se basaba en la obediencia de Abraham a la ley sino en una relación correcta con Dios, la cual viene por la fe.” Romanos 4:13 NTV.
Las promesas de Dios a los hombres, fueron hechas mucho antes de que Dios entregara sus leyes y mandamientos al pueblo judío por medio de Moisés, razón por la cual, los cumplimientos de sus promesas no están condicionadas al cumplimiento de sus leyes y mandamientos, sino que están condicionadas a la fe del hombre. Si las personas quieren recibir las promesas que Dios les ha hecho, tienen que tener una fe férrea en Él, tal como la tuvo el patriarca de la nación judía. Cuando Dios prometió a Abraham y a su simiente que él sería heredero del mundo, no condicionó la promesa a la adhesión a un código legal. La ley misma no fue dada hasta cuatrocientos treinta años después. La promesa de Dios al patriarca, fue incondicional de gracia, para ser recibida únicamente por fe, la misma clase de fe por la que en la actualidad el creyente recibe la justicia de Dios en su vida, y el cumplimiento de sus promesas.
Toda persona que quiera recibir las promesas de Dios para su vida, tiene que tener fe en el Unigénito Hijo de Dios y entregar su vida a Él. La entrega a Cristo, es la manifestación verdadera de la fe, sin esa entrega, la fe profesa será falsa, por ende, nunca recibirá las promesas de Dios para su vida, aunque declare con su boca que tiene fe en Aquel que entregó Su preciosa vida en el madero. Si profesamos tener fe en Cristo Jesús, debemos llevar una vida de comunión con Él, mediante la oración, el estudio de su Palabra, la comunión con otros creyentes y el servicio en Su cuerpo con los dones y talentos que hemos recibido por medio del Espíritu Santo. Al tener esta correcta comunión con nuestro Señor y Salvador Jesucristo, podemos tener la certeza de que nuestro amoroso Padre Celestial, cumplirá cada una de sus promesas en nuestra vida, porque nuestro Padre eterno es fiel y justo con todos sus hijos.


NUESTRO ESPÍRITU VIVIRÁ

Thu, 17 Oct 2024

NUESTRO ESPÍRITU VIVIRÁ
Vivir eternamente, ha sido el deseo de los hombres desde los tiempos remotos. Por este profundo deseo, han buscado la manera de cómo alcanzar esa eternidad, pero todos sus esfuerzos hasta el día de hoy, han sido en vano, ya que no han encontrado la fórmula mágica para alcanzar la eternidad, pues la han buscado en objetos, en lugares, fórmulas químicas o seres inanimados, pero menos en la presencia de Dios, quien es la fuente de  vida. El cuerpo humano a causa del pecado, irremediablemente debe morir, pero no así el espíritu. El espíritu del hombre vivirá eternamente, pese a la muerte de su cuerpo, pero no de todos los hombres, sino solo de aquellos que hayan alcanzado la redención gracias al sacrificio de Cristo Jesús en el madero. En el momento de la redención del creyente, Cristo mismo, quien resucitó de los muertos, pasa a vivir en su corazón. Esta realidad nos da a conocer el apóstol Pablo: “Por culpa del pecado, sus cuerpos tienen que morir. Pero si Cristo vive en ustedes, también el espíritu de ustedes vivirá, porque Dios los habrá declarado inocentes.” Romanos 8:10 TLA.
El hombre fue creado para que viva eternamente, pero todo esto cambió cuando el pecado entró a este mundo. El pecado trajo consigo la muerte, por lo tanto, todas las personas sin excepción tendrán que morir en algún momento, ya que todas  son pecadoras, pues viven transgrediendo constantemente los mandatos de Dios. Pero el Señor en su amor y misericordia, nos proveyó una manera de escapar de esta muerte, y vivir eternamente, esto es creyendo y aceptando el sacrificio realizado por Jesucristo. En el momento que aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón, somos justificados de todos nuestros pecados y el Espíritu Santo pasa a morar en nuestro interior, dándole vida a nuestro espíritu. Por medio del ministerio del Espíritu, Cristo realmente pasa a morar en nosotros, y permanece hasta que lleguemos a la presencia de Dios Padre. Es asombroso pensar que el Señor de la vida y de la gloria está morando en nuestros cuerpos, especialmente cuando recordamos que estos cuerpos están sujetos a la muerte a causa del pecado.
Aunque nuestros cuerpos estaban muertos para con Dios a causa de nuestros delitos y pecados, han sido vivificados por medio de la obra justa del Señor Jesucristo en Su muerte y resurrección, y debido a que la justicia de Dios ha sido puesta en nuestra cuenta, podemos vivir eternamente en el reino de los cielos. Todos los que hemos alcanzado la redención en Cristo Jesús, podemos tener la certeza de que viviremos eternamente, ya que todas nuestras culpas fueron perdonadas. Además, el Señor quien es la fuente de vida, vive en nuestro interior, y nos da vida para que vivamos por toda la eternidad, libres de todas las consecuencias del pecado.


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