CAMINEMOS CON SABIOS
Nuestro amoroso Padre eterno, no nos creó para que vivamos solos y aislados de otras personas, sino para que nos relacionemos con la gente de nuestro entorno. Esta relación no debe ser con cualquiera, sino con personas que nos ayuden a crecer y a ser mejores individuos cada día. Pero la mayoría de nosotros, no nos relacionamos con sujetos adecuados, sino aquellos que nos pueden llevar por el camino de la perdición. Esto generalmente se debe a que a nosotros nos atraen más los individuos que caminan insensatamente, antes que los que caminan sabiamente. Ante este peligro , el escritor de los Proverbios nos da el siguiente consejo: “Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.” Proverbios 13:20 NTV.
Como no fuimos creados para vivir solos y aislados de las personas, debemos entablar amistades con gente que nos ayude a crecer y ser mejores cada día, esto solo será posible si nos relacionamos con personas con conocimiento y sabiduría. No con personas que tienen la sabiduría de este mundo, sino con aquellas que tienen la sabiduría de lo alto, pues ellos nos influirán para bien, para nuestro crecimiento como hijos de Dios. Pero si entablamos amistades con personas necias que viven bajo los placeres de este mundo, su compañía en vez de edificarnos, terminará por corromper nuestras buenas costumbres y nos conducirán por el camino de la perdición.
Aunque a la mayoría de nosotros no nos guste aceptar, es un hecho que la relación que mantenemos con nuestros amigos y compañeros nos afectan, en ocasiones profundamente para bien o profundamente para mal, por eso, debemos tener cuidado a quién escogemos como mejor amigo, pues si escogemos a un necio, seguramente sus consejos nos lleven a la perdición, pero si escogemos como mejor amigo a un sabio que vive en el temor de Dios, seguramente sus consejos nos llevarán por el buen camino de la verdad y la justicia. Nos llevarán a los brazos de nuestro amoroso Padre Celestial.
Algunas veces escogemos como mejores amigos a personas que no viven en el temor de Dios, pensando que nosotros podremos influir en ellos, pero casi siempre somos nosotros quienes nos dejamos influir, y terminamos por adoptar sus costumbres y hábitos, en lugar de que ellos adopten nuestra creencia religiosa. No nos arriesguemos a ser influidos por las personas necias, en su lugar entablemos amistades con personas sabias que viven en el temor del Señor, ellos seguramente influirán positivamente en nuestras vidas y nos ayudarán a mejorar en nuestra relación con nuestro amado Señor.